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En vez de imaginar mundos, los consumimos.

Desde hace milenios, nuestras reglas y conductas se guían por la creencia de que el ser humano es dueño de la tierra y de todo lo que en ella habita. Normalizamos una relación utilitaria con los animales como si fueran recursos que existen para nuestro beneficio, uso o consumo. Ignoramos sus necesidades y sus intereses, menospreciamos su libertad y su felicidad, y les negamos derechos fundamentales, relegándolos a la sombra de nuestra civilización.

Con la llegada de la modernidad, se afianzó el paradigma del progreso ilimitado, esto es: el afán de aumentar las ganancias de manera perpetua y la creencia de que las necesidades del ser humano justifican la destrucción del ambiente y el exterminio de comunidades, tanto humanas como animales. 

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Las grandes empresas aceleraron y agravaron este escenario (esta voracidad del más, más, más) utilizando mecanismos cada vez más eficientes en términos de producción, pero a la vez más crueles con las vidas animales. Para aumentar año a año su rentabilidad, sometieron y someten incansablemente a la población no humana y a la Tierra.

Hoy enfrentamos una crisis global (climática, ambiental, social y económica)
que es el resultado de la destrucción del ambiente, el poder irrestricto
del mercado, la persecución de los pueblos originarios, las violencias,
el patriarcado y las desigualdades. 

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Esta crisis nos presenta una oportunidad única para mirar profundamente dentro de nosotros mismos y cuestionar las estructuras fundamentales de nuestra sociedad: cómo vincularnos entre nosotros y con los otros; qué tradiciones y costumbres mantener y cuáles cambiar; cómo habitar, respetar y cuidar nuestra casa. En una época en la que aprendimos a luchar por la justicia y demandamos mejores condiciones de vida para los humanos, 

¿por qué no ampliar nuestra empatía, compasión
y consideración moral con los habitantes no humanos de este planeta? 

El objetivo de esta guía es fomentar la reflexión y el pensamiento crítico, cuestionar por qué está naturalizado el consumo de productos de origen animal con la inocencia de los niños (¿por qué?) y promover una toma de decisiones más consciente y ética.

Por ejemplo, ¿podemos ser y hacer las cosas de otro modo?, ¿somos cómplices, víctimas o responsables?, ¿tomamos decisiones de manera consciente?, ¿por qué amamos a los perros y nos comemos a otros animales? ¿Dónde está trazada la línea que nos separa de los demás animales (y quién la inventó)? ¿Cómo podemos colaborar?

Esta guía detalla de manera clara y concisa las prácticas estándar de producción, cría y uso de animales destinados a la alimentación, el entretenimiento, la moda y la experimentación con información científicamente válida y actualizada. También brinda algunos consejos sobre qué acciones podemos tomar. Si querés más información sobre cómo adoptar una dieta vegana, podés descargar acá el Kit de transición vegana del Acuerdo basado en plantas.

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